martes, 30 de julio de 2024

Violencia en las Escuelas en la sociedad de la vigilancia por Rosa Lagos



¿En qué grado es atribuible a la sociedad de la vigilancia, llevada a los recintos escolares, el aumento de la violencia en la escuela?

El aumento veloz y complicado de la tecnología actual con el uso de cámaras de seguridad, controles de acceso, monitoreo en línea de redes sociales, entre tantos otros, tiene consecuencias en la interacción social de niños y jóvenes que aún no podemos dimensionar en su total magnitud, sobre todo porque muchas veces no se cuenta con la necesaria preparación de los profesores y de la familia para el manejo de estas situaciones.
Una consecuencia observable es el impacto en la privacidad y en la autonomía que la video vigilancia puede ocasionar en los estudiantes, y también en el personal de la institución, pudiendo crear un ambiente de desconfianza y de sospecha que pueden contribuir a generar montos de ansiedad y paranoia en el entorno escolar. 
Además, la cultura del control hace que algunos estamentos (aquellos en funciones de autoridad) ejerzan dominio sobre otros (los vigilados estudiantes y personal) originando relaciones de poder asimétricas entre el equipo de trabajo.
También se puede pensar que se ha sustituido el concepto de autoridad por el de seguridad, seguridad que alude a lo imaginario del cuerpo y sus pertenencias, fálicas se podría agregar, que generan tensión especular con posibles efectos paranoides.  Esta sustitución deja en detrimento el lugar y la acción de la autoridad que como vector social permite el lazo social que, como elemento tercero simbólico entre el sujeto y su realidad, tiene la oportunidad de mediar sobre ese eje imaginario.
Podemos preguntarnos si las instituciones escolares ¿dan lugar, dan el espacio necesario para que circule la palabra de manera que pueda instalarse una ética de las consecuencias? Entre tanta actividad extra que los estudiantes deben cumplir, al parecer no hay tiempo para eso, sumando a esto que las asignaturas que permiten a los alumnos pensar y reflexionar sobre estos aspectos sociales, existenciales, han sido retiradas del pensum obligatorio de estudios.
La infancia y la adolescencia afectada por la caída, tanto de los ideales como del respeto por la autoridad, junto a la precariedad simbólica que la época provee, hace que la violencia actual vaya en aumento en tanto se trata de sujetos que no están habituados a poner en palabras su sufrimiento y que no encuentran como nombrarlo ¿cómo hacer que en esta época de pantallas y de respuestas inmediatas provistas por los gadget disponibles, encuentren el gusto por la conversación, por el intercambio que permita conectar con las emociones y la empatía por el otro? 
El sujeto librado a su goce, sin referentes que lo orienten, parece ser producto no de la inseguridad que se pretende controlar con la vigilancia, sino de la impunidad, de la ley que falla en su aplicación.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario